Calidad y suministro de energía eléctrica pone a Uruguay entre los primeros países de la región

La Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua y UTE presentaron una reglamentación que organiza los requerimientos de calidad del servicio, su continuidad y seguridad, y la medición de perturbaciones. El presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, recordó que Uruguay es uno de los líderes continentales en esta materia y que el Foro Económico Mundial coloca a nuestro país en el puesto 33 en disponibilidad y seguridad.

El presidente de la Unidad Reguladora de Servicios de Energía y Agua (Ursea), César Falcón, y el presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, presentaron la Reglamentación de Perturbaciones Eléctricas en la Red de Distribución y sintetizaron las acciones concretadas hasta el momento en una exposición realizada en el salón de actos de la Torre Ejecutiva.

La reglamentación, según explicó Falcón, consta de tres capítulos: calidad del suministro y continuidad del servicio (que incluye compensaciones al cliente afectado); la calidad de la gestión comercial de UTE, y la calidad del producto térmico y a la medición de tensiones y las perturbaciones. Este documento integrará el reglamento de calidad de distribución de energía eléctrica, vigente desde 2006.

recordó que en 2015 se identificaron una serie de trabajos y reglamentaciones que eran necesarias llevar adelante para, entre otras cosas, servir como insumos para la elaboración de decretos del Poder Ejecutivo. Debido a la falta de disponibilidad presupuestal para concretar en un tiempo razonable todos los programas se decidió solicitarle apoyo a la Corporación Andina de Fomento (CAF) en Uruguay, quien aportó con asistencia financiera.

Por su parte, el presidente de UTE, Gonzalo Casaravilla, afirmó que Uruguay cuenta con disponibilidad de energía y de buena calidad, destacado por el Foro Económico Mundial, que ubica al país no solo entre los primeros en Latinoamérica, sino también entre los primeros lugares en el MERCOSUR, y en el lugar 33 a nivel mundial.

En función de las necesidades de inversión de los países para su desarrollo productivo, lo que resta es trabajar en la calidad de la energía, fundamental para garantizar la instalación de nuevas industrias que requerirán buena energía, disponible y de calidad, concluyó Casaravilla.