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Cambiar formas de consumo y seguir reduciendo uso del petróleo son los pasos siguientes de la “revolución energética”

20.12.2018

Cambiar formas de consumo y seguir reduciendo uso del petróleo son los pasos siguientes de la “revolución energética”

“Eso bajalo un poco o sacalo, pero de arranque no”, le dijo un alto jerarca del gobierno a su asesor, sobre un tema que figuraba en el discurso que iba a dar. El asunto en cuestión era la transformación de la matriz energética que hizo Uruguay en la última década y que lo coloca como uno de los países modelo en el mundo en el uso de energías renovables.

La anécdota, contada a Búsqueda por varios funcionarios que la presenciaron, marca la pauta de lo que sucede en el área energética en Uruguay: se hizo una transformación potente de la matriz, pero eso ya “quedó atrás” y el gobierno que asuma en 2020 tendrá otras metas “tan o más importantes”.

Entre los desafíos indiscutibles, la frase “gestión de la demanda” sobresale en cada conversación con los jerarcas, especialistas y técnicos vinculados al sector energético. Este concepto significa cambiar las formas y cantidades de consumo de la sociedad tanto en el entorno residencial como comercial e industrial, alcanzando con ello mayores niveles de ahorro y eficiencia.

Aunque parezca contradictorio, las empresas de energía son las principales promotoras en reducir el consumo y las formas en que se usa su producto. Es que, según los especialistas, la “mejor inversión” en el área es la utilización eficiente de los recursos ya instalados.

Uruguay ya tiene la base de generación “barata” y limpia que muchos países de la región y el mundo aún siguen buscando: el 63% de la matriz primaria de energía es generada con fuentes renovables y a nivel de producción de electricidad el 98% fue generado con este tipo de fuentes energéticas y apenas 2% con petróleo.

Es por ello que, para los expertos consultados, ahora el desafío del sector es el consumo y cómo gestionarlo, además de seguir reduciendo al mínimo posible el uso de combustibles fósiles.

 

Movilidad y estímulos

Con la nueva matriz, el sector transporte es ahora el principal consumidor de combustibles fósiles en Uruguay. El 70% del total de derivados de petróleo pasan por ese sector, según datos oficiales.

Así, el gobierno ya se embarcó en un proyecto para transformar el transporte, pasándolo al consumo eléctrico. Para ello comenzó con la transformación del transporte colectivo y los utilitarios a nivel de medianas empresas, con una idea a largo plazo de cambiar toda la flota estatal y promover también que los usuarios privados compren autos eléctricos.

Pero junto con esta iniciativa, desde el gobierno entienden que el consumo de los sectores residencial e industrial y la mejor gestión de la demanda serán temas clave para los años venideros.

Con la nueva matriz, el sector transporte es ahora el principal consumidor de combustibles fósiles en Uruguay. El 70% del total de derivados de petróleo pasan por ese sector, según datos oficiales.

“Venimos trabajando hace años con el concepto de eficiencia energética, elaboramos un premio nacional y damos estímulos para promover este comportamiento. Es algo que no termina nunca y sin dudas es un desafío a continuar en el próximo gobierno”, dijo a Búsqueda la directora nacional de Energía, Olga Otegui.

Para la jerarca, “este plan tuvo buenos resultados” principalmente a nivel estatal y de organismos públicos como escuelas y hospitales, pero todavía “queda mucho por hacer” en el sector residencial y en el transporte.

Para las viviendas, Otegui entiende que se debe avanzar en una serie de estímulos y promociones que incentiven a la gente a “ahorrar” energía, pero también a aplicar este modelo a más largo plazo. Para la jerarca eso significa “promover la construcción de casas energéticamente eficientes” y llevar el actual etiquetado de electrodomésticos a las viviendas.

“Hay lugares en el mundo que antes de alquilar una casa en temporada o de comprar una vivienda se informa el nivel de eficiencia energética que tiene, eso deberíamos aplicar”, sostuvo.

Para el director de UTE, Walter Sosa, la gestión de la demanda “es uno de los puntos fuertes de los desafíos” que tendrá la estatal de energía eléctrica en los próximos años.

El gobierno ya se embarcó en un proyecto para transformar el transporte, pasándolo al consumo eléctrico. Para ello comenzó con la transformación del transporte colectivo y los utilitarios a nivel de medianas empresas.

Según Sosa, la incorporación de nuevas tecnologías es lo que le permitirá a UTE acompasar este proceso y evitar los temidos picos de consumo, donde los sistemas se saturan y se pueden producir fallas.

“Ya tenemos una generación con costos baratos y eficientes. La incorporación de medidores y de termotanques inteligentes son pasos muy importantes que venimos tomando para poder mejorar la demanda e incentivar que la gente consuma en momentos de excedente energético”, dijo a Búsqueda.

Para el presidente de la Asociación Uruguaya de Energías Renovables, Jorge Dosil, la forma de consumo de los usuarios (cantidad que consumen, cómo lo hacen, en qué momento) es el paso siguiente y el gran desafío de las próximas administraciones

“No se hace de un día para otro, pero los medidores inteligentes permitirán un diálogo permanente con los clientes, dándoles señales de precios (cuándo le conviene consumir) y control directo sobre los calentadores de agua (si el cliente acepta)”, agregó.

 

Cambio cultural

Para el gerente de Infraestructura y Energía del BID, Agustín Aguirre, Uruguay “tiene una calidad institucional que le permite estar pensando en estos desafíos cuando otros países de la región siguen viendo cómo electrificar todo el territorio”.

“El país está en una situación inmejorable para pensar en estos cambios, pero debe tener en cuenta que la gestión de la demanda también requiere un cambio cultural”, dijo a Búsqueda.

El jerarca explicó que no basta con la implementación de nueva tecnología como los medidores inteligentes y los electrodomésticos eficientes: “El 17% del consumo energético en Uruguay es para calentar agua, si se logra que los calefones se prendan en otros horarios, se avanzará mucho, pero hay que lograr que la gente lo haga”, explicó.

Como ejemplo, señaló que el BID hizo un proyecto en Colombia donde instaló aires acondicionados eficientes en la localidad de San Andrés, “pero la gente tenía la cultura de tener las ventanas y las puertas abiertas”.

Entonces, prosiguió, se precisan “estímulos” económicos y tarifas diferenciadas que empujen a la población a un consumo diferente al actual. Esto se hace “imprescindible”, para Aguirre, en un escenario donde la demanda de energía aumentará 75% en los próximos 15 años a nivel continental.

 

Tema tarifario

Desde la oposición coinciden en que la mejora de la gestión es necesaria y creen que se podrá realizar con “estímulos comerciales”.

Álvaro Delgado, senador del Partido Nacional y referente de su colectividad en temas energéticos, dijo a Búsqueda que lo más importante será “mejorar las tarifas, sincerarlas por unidad de gestión y evitar lo que ocurre hoy, que son subsidios cruzados encubiertos”.

“UTE lleva tres años de ganancias extraordinarias, los técnicos quieren bajar las tarifas hasta un 15% y UTE las sube en función de un requerimiento extraordinario de Rentas Generales. La verdad que la gente no lo ve. Esto es el principal tema para nosotros”, sostuvo.

“El otro gran desafío que quedó pendiente es el fortalecimiento de las unidades reguladoras, que las han desmantelado en sus funciones legales y en su capacidad de controlar y sancionar. Incluso en la elaboración de tarifas técnicas que puedan ser referencia para las tarifas públicas”, añadió.

 

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