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Los alumnos de secundaria que quieren concientizar a los uruguayos a con sus ideas

23.04.2019

Los alumnos de secundaria que quieren concientizar a los uruguayos a con sus ideas

Alumnos de UTU y Secundaria de todo el país se encontraron el pasado 10 de abril en Montevideo para compartir los trabajos que fueron reconocidos dentro del marco del Concurso de Eficiencia Energética.

Durante los últimos 50 años, la relación del ser humano con el medio ambiente no ha hecho más que deteriorarse. Anualmente se producen 300 millones de toneladas de residuos plásticos, de los cuales 13 millones se arrojan a los océanos. Debido a esto, según un estudio de la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de EEUU, el 90% de las aves marinas del mundo acumula residuos plásticos en su aparato digestivo. Por otro lado, el calentamiento global debido a las emisiones de carbono redujo aproximadamente el 40% del área cubierta por hielo marino en 40 años.

Ante este panorama cuasi apocalíptico, generar conciencia para cambiar los hábitos humanos diarios parece, más que una necesidad, una urgencia. En este sentido es que el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), junto al Consejo de Educación Secundaria (CES) y el Consejo de Educación Técnico Profesional (CETP), dan desde 2016 la posibilidad a alumnos de centros educativos de Secundaria y de UTU de presentar sus ideas al Concurso de Eficiencia Energética.

Ideas Brillantes

El pasado 10 de abril se realizó la feria “Exposición de ideas brillantes” en el Centro de Escalada Deportiva La Muralla, en donde se expusieron algunos de los trabajos que fueron premiados en ediciones anteriores del concurso. Alumnos de liceos y escuelas técnicas de todo el país acudieron al evento para presentar sus proyectos al público interesado y para participar de una jornada de integración y puesta en común de ideas. Luego de haber culminado la etapa “expositiva” de la feria, los estudiantes pudieron disfrutar de una actividad deportiva en la cual la escalada, las alturas y los arneses fueron protagonistas. 

En medio de este clima de diversión y alegría, la encargada de Comunicación del MIEM, Melina Pais, contó a Cromo que una de las líneas estratégicas del organismo está enfocada en promover la eficiencia energética para generar un cambio cultural. Para presentarse al concurso, los centros educativos interesados deben antes que nada realizar un diagnóstico energético de sus instalaciones, para luego presentar un informe al MIEM detallando cuáles serían aquellos cambios que se podrían realizar para hacer un uso más eficiente de la energía. Los premiados verían financiados tales cambios en su casa de estudios. 

Para realizar estos análisis de datos, dijo Pais que el ministerio tiene un convenio con la organización sin fines de lucro Ciencia Viva, que otorga a las instituciones participantes maletines llenos de sensores y herramientas de medición, como cámaras termográficas y enchufes inteligentes que miden el consumo eléctrico. “Es fundamental que los gurises se apropien de la tecnología y que la puedan aplicar a todos estos conceptos”, resaltó Pais, “ya que ellos son los protagonistas en todo momento”. 

Alumnos, profesores y técnicos de la Dirección Nacional de Energía se mantienen en contacto durante el desarrollo de todos los proyectos a través de la plataforma Crea2, facilitada por el Plan Ceibal. “Es un ámbito que favorece mucho la articulación cuando estamos hablando de centros tan dispares en todo el país. Ellos permanentemente están contando sus procesos, las dificultades que tienen, los logros que alcanzan”, contó Pais. Según la comunicadora, la gran diversidad de proyectos que se presenta al concurso se debe a la propia diversidad de idiosincrasias de los centros educativos. Mientras los estudiantes de escuelas técnicas están más inclinados a innovar desde la construcción de nuevos dispositivos eficientes, los liceos están más enfocados en trabajos de difusión, de sensibilización del público, explotando un lado más artístico. También destacó Pais lo enriquecedor de la convergencia entre diferentes disciplinas como la matemática, la física, la química, la literatura o la historia. 

En medio de este clima de diversión y alegría, la encargada de Comunicación del MIEM, Melina Pais, contó a Cromo que una de las líneas estratégicas del organismo está enfocada en promover la eficiencia energética para generar un cambio cultural. Para presentarse al concurso, los centros educativos interesados deben antes que nada realizar un diagnóstico energético de sus instalaciones, para luego presentar un informe al MIEM detallando cuáles serían aquellos cambios que se podrían realizar para hacer un uso más eficiente de la energía. Los premiados verían financiados tales cambios en su casa de estudios. 

Para realizar estos análisis de datos, dijo Pais que el ministerio tiene un convenio con la organización sin fines de lucro Ciencia Viva, que otorga a las instituciones participantes maletines llenos de sensores y herramientas de medición, como cámaras termográficas y enchufes inteligentes que miden el consumo eléctrico. “Es fundamental que los gurises se apropien de la tecnología y que la puedan aplicar a todos estos conceptos”, resaltó Pais, “ya que ellos son los protagonistas en todo momento”. 

Alumnos, profesores y técnicos de la Dirección Nacional de Energía se mantienen en contacto durante el desarrollo de todos los proyectos a través de la plataforma Crea2, facilitada por el Plan Ceibal. “Es un ámbito que favorece mucho la articulación cuando estamos hablando de centros tan dispares en todo el país. Ellos permanentemente están contando sus procesos, las dificultades que tienen, los logros que alcanzan”, contó Pais. Según la comunicadora, la gran diversidad de proyectos que se presenta al concurso se debe a la propia diversidad de idiosincrasias de los centros educativos. Mientras los estudiantes de escuelas técnicas están más inclinados a innovar desde la construcción de nuevos dispositivos eficientes, los liceos están más enfocados en trabajos de difusión, de sensibilización del público, explotando un lado más artístico. También destacó Pais lo enriquecedor de la convergencia entre diferentes disciplinas como la matemática, la física, la química, la literatura o la historia. 

Operación Luciérnaga

Por su parte, Leto Sánchez,de 17 años, y su profesora de química, Florencia García, de 37, ambos del Liceo Departamental de Colonia, señalaron a Cromo que su grupo ganó el primer premio en la categoría de Secundaria en 2016 gracias a toda una campaña de sensibilización que parte desde tres etapas: formación, información y transformación. La etapa de formación es más personal, consiste en su propia preparación para lograr la segunda etapa: la de informar a la comunidad lo aprendido. “Aprendimos desde diferenciar ahorro energético de eficiencia energética, y de ahí en adelante todos fuimos aprendiendo un montón de cosas”, contó Florencia García. Según Leto Sánchez, lo importante para ellos es que “los jóvenes sean catalizadores de este cambio, que sean aquellos que generen información para que nuevas personas se involucren”. En el mismo sentido, Melina Pais comentó: “Siempre nos dicen que las mayores resistencias al cambio se dan del lado de los adultos”.

La etapa de transformación consistiría en la generación de cambios en los hábitos de la comunidad, etapa que Sánchez y García creen que cumplieron con creces a través de su canal Operación Luciérnaga, disponible en YouTube, Instagram y Facebook. “Nosotros no somos tanto de hacer circuitos y cosas; hacemos más campañas de comunicación”, dijo Leto Sánchez. Y añadió: “No nos queremos electrocutar, somos medios bestias, aunque ya nos vamos a lanzar”.  

Con los $ 500 mil que constituyen el primer premio, la UTU de Malvín Norte pudo comprar colectores térmicos para calentar el agua, y tanto su centro educativo como el de Colonia lograron cambiar todas sus luminarias por luces LED de bajo consumo. Ambas instituciones educativas piensan presentarse este año al mismo concurso, para el cual hay tiempo de presentarse hasta el 26 de abril inclusive. Estas iniciativas no solo ponen la creatividad de los estudiantes al servicio de la eficiencia de sus propias instituciones, sino también al servicio de toda la comunidad. Las familias y allegados de los alumnos involucrados terminaron ahorrando recursos y energía al verse influenciadas por los proyectos de sus hijos. Tanto Melina Pais como Florencia García ponen énfasis en el compromiso de los docentes y alumnos frente a estas iniciativas, trabajando de forma extracurricular de cara a un mismo objetivo. “Cuando recién empiezan están más tímidos, más inseguros, y luego están totalmente empoderados, abanderados, te lo cuentan con una propiedad, con un entusiasmo y un orgullo que me parece es genial”, apuntó Pais.

 

El Observador